Junto con otros factores importantes a tener en cuenta, una de las preocupaciones más importantes es conservar la calidad y la longevidad del vino y, para lograrlo, el vino debe protegerse de la oxidación.
La exposición al oxígeno puede provocar cambios indeseables en los aromas, el sabor y el color del vino. Puede provocar la pérdida de frescura y vitalidad del vino.
Hemos desarrollado soluciones microbiológicas para proteger el vino de la oxidación durante el transporte, ayudando a preservar su calidad e integridad. También puede formar parte de una estrategia para reducir el uso de SO2 especialmente en el vino final.
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