La etapa final de la vinificación es el proceso de clarificación y estabilización que tiene lugar después de la fermentación, antes de la preparación del vino para el embotellado.
El objetivo de la clarificación es mejorar la claridad, estabilidad, filtrabilidad y calidad sensorial general del vino. Este proceso desempeña un papel crucial a la hora de conseguir las cualidades sensoriales y estéticas/visuales deseadas del producto final.
Tradicionalmente, la clarificación se realiza con productos de origen animal como la gelatina, la albúmina de huevo o la caseína, siendo algunos de ellos alérgenos y requiriendo su indicación en la etiqueta de la botella de vino.
Un extracto de proteínas a base de levaduras puede ofrecer una excelente alternativa a los productos tradicionales ya que no contiene alérgenos. Adecuado para la producción de vino vegano, puede utilizarse para la producción de vinos ecológicos y no necesita ser incluido en el etiquetado del vino.
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