En uvas, mostos y vinos, y dependiendo de las condiciones sanitarias de la uva, se suceden muchos microorganismos silvestres diferentes: hongos, bacterias lácticas, bacterias acéticas, levaduras Saccharomyces, levaduras oxidativas como Hanseniaspora, otras levaduras no Saccharomyces, Brettanomyces, etc. Algunos de estos microorganismos pueden ser beneficiosos para la calidad del vino mientras que otros son microorganismos contaminantes porque producen metabolitos secundarios como geosmina, ácido acético, etilfenoles, aminas biógenas, olor a ratón, notas de geranio, acetaldehído o diacetilo, que tienen un efecto muy negativo en el aroma, sabor y calidad de los vinos.
Como alternativas a los productos químicos, nuestras soluciones microbiológicas ayudan a controlar esos microorganismos perjudiciales de forma natural y además no es necesario indicarlos en la etiqueta.
Una inoculación correcta de uvas, mostos o vinos con levaduras y/o bacterias enológicas seleccionadas y bien caracterizadas y realizar la inoculación en el momento adecuado, ayudan a reducir o prevenir el crecimiento de microorganismos indeseados desde las uvas hasta los vinos.
Al mismo tiempo, el uso de quitosano y productos a base de quitosano también permite controlar mejor los microorganismos indeseados en las diferentes etapas de la vinificación.
Dependiendo de la calidad de las uvas, la vinificación y el riesgo de crecimiento de microorganismos contaminantes, ofrecemos muchas soluciones y protocolos naturales, aplicables desde la vid hasta el vino, para proteger el vino frente a las contaminaciones.
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